sábado, 21 de noviembre de 2009

Simbiosis

Puedo estar parado acá o allá y es lo mismo. Puedo estar sentado acá o allá y es lo mismo. Puedo estar mirando acá o allá y es lo mismo. Puedo hacer tantas cosas…pero es lo mismo.
Afuera el cielo es blanco. No muestra nada: ni nubes negras, ni estrellas, ni rayos, ni sol. Sólo un monótono cielo blanco, un monótono soplo como si fuese un viento y una monótona llovizna como cumpliendo que algo sale de ese monótono cielo.
Afuera, inestable. No hay nada más que lo de siempre. Puede llover o hacer sol, que es lo mismo. Nada hará escarmentar y poner las cosas en su lugar. Ese árbol viejo caerá alguna vez, sobre alguien, o algo o nadie. Pero mientras tanto sigue ahí, como algo que no quiso ni quisieron arrancar.
Afuera parece ser que todo pasa, pero todo vuelve. Lo que hoy es lluvia, fue antes humedad y mañana también, para luego ser lluvia, de nuevo.
Mientras tanto, adentro empieza a oscurecer, aunque tengo al alcance algo que me puede permitir alumbrarme y seguir. Sin embargo, me estoy dando cuenta, mientas parado miro lo de afuera, que adentro es lo mismo.

No hay comentarios: