viernes, 2 de octubre de 2009

La casa dejada

(...) Dos, tres, cuatro. Pudieron haber sido diez, mil o un millón de pasos. Ninguno me haría hacer girar la cabeza y ver algo que dejé, algo que fui entendiendo que no sabía lo que era.
La miré a Irene y me dijo con su rostro lo mismo.
Quizás en algún momento, alguien entraría por la ventana o por la puerta. Quizás ahora alguien, al ver mi movimiento al salir, está entrando.
Quizás esté pasando algo que desconozca y no entienda. Pero entre todo eso, tengo una certeza: No sería la priemera vez.

2 comentarios:

La Gloriosa... dijo...

Suele pasar que pasen cosas que uno no entienda ni tenga la más crota idea de lo que está pasando. Pasa...pasa...

Un saludo, máquina!

Catalina dijo...

Si ha veces nos sucede! no comprendemos que esta pasando..simplemente no entendemos!!

Lindo blog!!

Besos

Sandra